Sara Tafur | @saara.tafur
¿
No te ha pasado que al entrar a un restaurante, hotel, hospital, casa o cualquier espacio interior se siente una vibra distinta?
Eso nos pasa a todos los seres humanos ya que cada lugar diferente que pisamos nos afecta psicológicamente, esto puede darnos un sentimiento de tranquilidad, tristeza, nostalgia, felicidad, etc.
Existen tantas emociones y recuerdos que nos puede dar un simple lugar. De esta manera es tan importante en la actualidad brindar un espacio que cuente una historia y sobre todo tenga un enfoque único dependiendo de tu espacio (local, oficina, etc).
Por eso es tan importante para las ventas de cualquier negocio tener un espacio que transmita el valor agregado que tiene el cliente al comprar en tu local.
Comencemos con el color:
Se ha demostrado que el color no solo es un elemento decorativo, sino que también es un increíble activador emocional. Estudios como los de Eva Heller o Angela Wright nos enseñan cómo cada color influye directamente en nuestra energía, percepción del espacio, el mismo estado de ánimo e incluso en nuestras decisiones de compra. Vamos con un ejemplo sencillo con tres colores:
Color Rojo: Estimula nuestra urgencia y nuestro apetito. Tal vez por eso los has visto en restaurantes de fast food.
Color Azul: Este nos transmite confianza, profesionalismo, calma y se relaciona igual mucho con el mar.
Color Amarillo: Este color nos llena de optimismo, creatividad y en parte nos da felicidad. Se utiliza mucho en las zonas para niños.
Ya que tenemos una idea de lo que nos puede transmitir cada color debemos saber como lo aprovecharemos a nuestro favor, seleccionando los colores que van con nuestra empresa o marca y lo que queremos transmitir, así poder enganchar al público correcto. Y te digo yo como buena compradora compulsiva, cuando una tienda me atrapa con su diseño interior mínimo me quiero llevar algo para completar la experiencia de visitar el lugar.
Para poder saber como jugar con la psicología de cualquier cliente o comprador, debemos desplegar los aspectos que nos ayudarán a lograr el objetivo principal: “interiores que venden sin hablar”.
Sara Tafur.
Sigamos con uno de los papeles más importantes al jugar en el interiorismo, la luz:
La luz es la coprotagonista del estado de ánimo. Para que tu puedas darle vida y carácter a un espacio la luz será tu mejor aliada, esta nos ayudará a dar puntos focales, hacer que nuestro espacio se vea sutil o poderoso, todo se basa en como jugaras con su intensidad:
Tenemos a la luz natural: Ella nos ayudará a ser más productivos y nos dará una mejor conexión y sensación con el entorno.
Sigue la luz cálida: Tambien conocida como luz amarilla o tonos amarillos, ella nos dara un ambiente supremamente acogedor, es ideal para cafeterias, hoteles en sus dormitorios y para salas.
Por último la luz fría: Odiada o amada por muchos, esta aumenta la concentración y da claridad mental (ya que te mantiene despierto) es ideal para todo tipo de espacios de trabajo como consultorios, oficinas y cocinas.
Un ejemplo que te puedo comentar es que Zara usa luz blanca fría y colores neutros en sus tiendas ya que estos generan orden, claridad y enfoque en sus productos, mientras que Starbucks ocupa tonos cálidos y luces ambientales para que las personas se queden más tiempo.
Entonces debes preguntarte qué quieres lograr con tu local, un lugar de paso rápido o de estadía para tus clientes. Continuemos con los materiales y las texturas, una parte fundamental para tu diseño y sobre todo para la funcionalidad del mismo.

Menciono esto, ya que las texturas activan el sentido del tacto, esto nos genera un lazo sensorial con el entorno que estamos visitando, igualmente las texturas apoyan a la forma en que sentimos el espacio, ya sea frío, natural, acogedor, elegante, etc.
Entonces hay que tener en cuenta que existen materiales que juegan con nuestra psicología: Las texturas suaves relajan, las superficies rugosas nos pueden alertar o activar y que los contrastes de texturas nos crean dinamismos emocionales.
Igualmente existen materiales que nos hacen sentir que un lugar es frío como: el metal, el vidrio y el plástico. O materiales acogedores como: la madera, la piedra, el algodón y el lino.
Existen estudios psicológicos que nos demuestran que el contacto con la naturaleza nos ayuda a mejorar la salud mental, reducir el estrés y obtener un bienestar general. Por lo que esto puede ser un buen gancho para atraer clientes a tu negocio, solo hay que saber que elementos naturales sirven para lograr el cometido.
Utiliza fibras naturales, piedra, bambú.
Puedes añadir sonidos envolventes como fuentes o sonidos de agua que transmiten tranquilidad al usuario. Y por último puedes utilizar plantas como helechos, suculentas o cactus, que no son tan difíciles de preservar.
Prosigamos con un tema que es sumamente importante y muchas veces es ignorado: El espacio y el flujo en un espacio interior. Los espacios bien distribuidos generan experiencias emocionales positivas, esto es vital en espacios comerciales como en hogares.
Podemos confirmar que el cerebro humano busca mucha armonía visual y patrones. Si tenemos un espacio con una buena distribución física y sobre todo visual nos reduce el estrés. Un recorrido interior debe sentirse fluido, natural y sin obstáculos. Esto es de suma importancia ya que un mal diseño causa: sensación de encierro, dificultad para orientarse y ansiedad.

Un ejemplo claro es en tiendas como Palacio de Hierro o Liverpool, están diseñadas para llevarte por un camino fluido, esto aumenta la permanencia del usuario y las compras impulsivas.
Podemos concluir con la cereza del pastel y a mi parecer es lo más divertido que es el estilo, el estilo que le darás a tu negocio, no solo adorna tu espacio, esto va a comunicar personalidad, valores y la emoción que quieres transmitir cuando el usuario entre por tu puerta. El estilo es clave para una experiencia. Recordemos que existen varios tipos de estilos como: El minimalista, que aplica el desapego, el control y la paz. El estilo industrial nos transmite fuerza, modernidad y sobriedad. El estilo clásico nos refleja elegancia, tradición, estabilidad y el estilo bohemio nos da creatividad, libertad e informalidad. Todo dependerá de tu estilo y tu concepto.
Por ejemplo un restaurante vintage no solo ofrece alimentos, te ofrece nostalgia, una vista atrás al tiempo donde muchos podrían recordar su infancia y otros recordarán a sus padres, depende del usuario pero si sabes jugar con esto tendrás clientes muy fieles a tu negocio.